domingo, 15 de noviembre de 2009

Acerca de la Primera Semana

     Otra vez eran las cuatro cuando me levante muerta del cansancio, otra vez no había podido dormir bien. Me ardían los ojos cuando me pare frente al espejo para ver mi despeinado cabello y mi ojerosa cara frente al espejo, cuanto dolía pararse tan temprano. Aún bostezando me metí bajo la ducha helada tratando de deshacerme así de un poco del sueño que me embargaba, pero por mas fría que estuvo el agua no lo conseguí, era increíble la fuerza de voluntad que había demostrado hasta ahora al no rendirme y simplemente saltar a la cama una hora mas y faltar a mi primera clase y era que mas que sueño tenía unas ganas inmensas de comenzar la universidad, había esperado toda la vida este momento... No podía simplemente echarme a la cama de una... Entonces de repente el sueño desapareció y estaba como nueva otra vez.     Me puse la ropa que tenía preparada desde la noche anterior, una camisa morada, jeans y tacones (la verdad nunca salía sin estos últimos a menos que quisiera un intenso dolor de espalda) y me encamine al terminal, estaba lleno de gente, cosa que en primera instancia me sorprendió, pero entonces recordé que a esa hora llegaban varios buses que venían de lejos (Caracas, Valencia, Barquisimeto, etc.), prácticamente corrí hasta el bus mas cercano donde había un tipo que gritaba "Puerto Ordaz- San Félix saliendo" con una intensidad impresionante para la hora que era, y aunque sabía que mentía en relación a lo de estar saliendo lo abordé temblando de miedo por si me pedían el permiso de viaje, pero a la señora que tomo mis datos no pareció importarle en lo mas mínimo si le enseñaba mi cédula o no, o si era mayor de edad, a mi parecer era de esa clase de personas que solo quieren terminar de trabajar para poder irse a casa con los bolsillos mas lleno.
     El autobús salio media hora después de abordarlo, como consecuencia eran las seis y media cuando llegué a Puerto Ordaz. Tuve que pagar un taxi que me cobro quince de los cincuenta bolívares que me había dado mi mamá al salir de casa, lo que me dejaba ahora con 25 bolívares, de los cuales 10 eran para regresar y 6 para pasaje interno, lo que en realidad me dejaba 9 bolívares para comer algo. Por primera vez en la vida no comería bien, bueno, no por primera vez, sino más bien primera vez en mucho tiempo. Me tranquilicé a mi misma diciendo que cuando llegara a casa comería y todo estaría bien.
     Cuando llegué al aula la profesora no había llegado, cosa que me tranquilizo enormemente. Me senté junto a algunas personas que había conocido el día anterior en la inducción, que eran un grupo bastante animado por lo que había podido observar… Y ahora que lo notaba… La gran parte de las personas que estaban sentadas a mí alrededor tenían pinta de ser personas sumamente sociables, cosa que me dio bastante vergüenza ya que yo no era precisamente una persona sociable. Había decidido solucionar mi situación poniendo una de mis mejores sonrisas y viendo hacia el frente cuando de repente oí mi nombre –“María”, me volteé pero no vi a nadie volteando hacia mi. Volví a escucharlo. Relájate pensé, hay muchas personas con ese nombre. Lo oí por tercera vez esta vez con un tono mas demandante así que decidí voltear de nuevo a ver si es que en serio de trataba de mi y efectivamente ¡era conmigo!, ¡alguien me estaba hablando!, una muchacha cuyo nombre no lograba recordar me saludaba desde el otro extremo del salón. Me sentí tan feliz que le decidí dedicarle una radiante sonrisa tan excesiva ya que sentía como los músculos de la cara se me adormecían. Había sido demasiado, -“cálmate”- me repetí a mi misma mientras le devolvía el saludo con la mano
     No recordaba nunca haber visto una clase tan emocionante en mi vida, cada segundo que pasaba en el aula solo me hacía pensar que amaba mi carrera, es decir, solo era metodología, pero cada palabra que salía de la boca de la profesora me parecía mas hermosa que la anterior, ¡y eran podridamente estrictos en esa universidad!, -0,5 por cada error ortográfico en los exámenes que debían presentarse a bolígrafo, además desde el día de la inducción nos habían dicho que “El plagio se paga con la muerte” como diría el profesor de historia mas adelante.
     Viernes al fin… A ver la clase, hum, me toca clase a las ¡¿12?! a quien diablos se le había ocurrido poner mi clase de historia de la cultura a las doce del medio día?, ¡y hasta las tres de la tarde!. Bueno, al menos podría dormir hasta tarde, lo que para mi significaba hasta las nueve de la mañana. Me levante, hice lo de siempre y me fui… 
 -     Autobús Bolívar- Puerto Ordaz 
-        Caminata de una cuadra
-        Autobús desde la parada cercana del teminal hasta Los Olivos 
-         Ucabito
     Y esta vez no llegue en la raya a clases. Fui al cafetín, donde para mi sorpresa no habían tantas caras desconocidas como esperaba, habían personas sonrientes sentadas en las mesas de las cuales ya conocía a varias. Me senté en la mesa donde vi el grupo mas grande de conocidos los cuales inmediatamente comenzaron a sacarme conversación. La mayoría de ellos se quedaron con la boca abierta al enterarse de que viajaba todos los días para ir a la universidad y yo no podía evitar reírme de su asombro, ¡para mi era tan normal!, y si tenía que hacer sacrificios, pasar hambre, frío y trabajo para estudiar ahí lo haría, para mi no tenía la mas mínima importancia si podía graduarme de periodista en la universidad que quería.
:) be happy

1 comentario:

albertojoseporrascasrtro.blogspot.com dijo...

Hija, me complace mucho leer tus experiecias de vida, sigue escribiendo por favor, y archiva esos textos. Dios Trino, la Virgen del Carmen y tu Angel de la Guarda te cuiden y bendigan. Me siento muy orgulloso de tener una hija escritora e inteligente como tú.