viernes, 20 de agosto de 2010

reuniones....

De el día de ayer solo se puede decir una cosa.... Al regresar de un largo paseo con mi papá descubrimos que el ascensor se había dañado... Y vivimos en el piso 10

Hoy salí con mi abuela a una especie de reunión a la que van familiares y personas allegadas a personas que consumen drogas, el objetivo principal es hacer mas llevadero el proceso de desintoxicación de los pacientes a sus familiares. El proceso tiene la participación un de una psiquiatra y se lleva a cabo en un edificio todo raído en el centro de Caracas. Van muchas personas.

Al llegar a la sala lo primero que hice (como casi siempre) fue observar a las personas que se encontraban presentes en la sala. Estas habían dispuesto algunas sillas en circulo y varios ya se hallaban sentados en ellas, otros estaban observando por las ventanas que estaban abiertas de par en par, medida que habían tomado las personas del centro en vista que el aire acondicionado repentinamente había dejado de funcionar, otras hablaban entre si, otras hablaban por sus celulares y otras simplemente caminaban en circulo abstraídos en sus pensamientos. Me senté a un puesto de mi abuela e inmediatamente me arrepentí de mi decisión de asiento. La mujer que estaba sentada a mi lado había sacado senda empanada chorreante y grasienta que empezó a despedir un olor intenso y penetrante a los pocos segundos de tener contacto con la brisa que venía de las ventanas. No recuerdo una vez en que una empanada me produjera tanto desagrado. La señora la había depositado sobre su falda que ahora se encontraba en proceso de engrasentado y la despedazaba con unas manos algo sucias con uñas llenas de alguna cosa marrón y se llevaba los grasientos pedacitos a la boca. La observe por unos segundos y luego tuve que poner toda mi atención en tratar de taparme la nariz sin que la señora se diera cuenta, varias veces estuve a punto de levantarme del asiento y correr a las ventanas por aire fresco, y justo cuando sentía que no podría resistir mas la señora guardó en resto de su empanada cuya grasa en su mayor parte se había transferido a su falda que ahora mostraba una mancha bastante desagradable...

Al fin llegó la Dra y estábamos listos para dar inicio a la sesión mire el reloj y recuerdo haberme sorprendido que eran justamente las 12:30, hora a la que se había pautado el inicio de la reunión, es poco frecuente encontrarse con una situación así en un país en el que la mayoría de los eventos comienzan con una o dos horas de retraso.

La Dra abrió la sesión mostrando una hoja de papel que mostraba las principales tareas que debían desempeñar los familiares para que el proceso de desintoxicación pudiera llevarse a cabo con tranquilidad, nos dijo a todos que no los intentáramos tan pronto y menos todos a la vez, que podíamos comenzar con el primero solamente, luego alternar en primero y el tercero, luego el primero tercero y cuarto y así añadiendo pasos poco a poco, hablaron acerca de los problemas para controlar a los pacientes, de los problemas monetarios, que la mayoría de los pacientes siempre recaían, y de un proceso al que llaman "cuarentena", que por lo que entendí significaba alejar a los pacientes en rehabilitación de todas sus "amistades" con problemas de consumo o de todas las personas que pudieran detonar algún problema de consumo. -"pero dígame doctora-decía una viejita algo decrépita que mostraba señales claras de no haber dormido bien en semanas-¿Cómo hace una que ya tiene a sus hijos grandes?, es fácil someter a un muchachito y decirle ¡no me sales a la calle carajo!, pero como hace una que ya tiene sus hijos grandes para decirle a un tarajallo de 38 años que no va a salir de la casa?, sobre todo que si se ponen violentos", el comentario fue respondido con un murmullo de aceptación por parte de los asistentes. La dra llamó al silencio y explicó: "una cosa es la edad fisiológica, y otra la edad psicológica" y antes de que pudiera decir mas los asistentes comenzaron a contar sus experiencias y las soluciones que respectivamente le habían dado al problema que parecía ser muy común. "yo salgo en la mañana y lo dejo encerrado- soltó un señor al final de la sala" a lo que una mujer replico: -"hay mijo, yo solía hacer eso con mi hija, la dejábamos encerrada y un día se salió por el balcón y trepó hasta abajo, y vivimos en el piso 3", un murmullo de asombro. "Al mío lo acompaño yo todo el día en la casa, trato de animarlo, estoy todo el día con el..." Y así surgieron un montón mas de testimonios.

Otro de los temas que surgieron fue el de no dar dinero a los pacientes, que estos no podían por ningún medio tener dinero, que los familiares no podían comprar cosas caras a los pacientes, puesto que podían intercambiarlas por droga y así un sinfín de historias y recomendaciones.

A las 3:00pm terminó la reunión, ya tenía un fuerte dolor de cabeza por tanto bullicio. Al llegar a casa estuve feliz de poder echarme en el mueble a ver películas y medio dormitar :) be happy

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